En estos turbios días que nos toca correr (algunos llegan hasta el trote nomás), la industria de la música y, a consecuencia, también la mayoría de los músicos apuntan al mercado. Es decir, que al momento de composición se apunta al hit (y las compañías lo exigen). Lejos quedaron atrás las críticas a los músicos por querer “masivizarse” mediante videos en fvt... perdón, mtv… o yendo a programas televisivos. El principal problema hoy es hacer música pensando que hay que llegar a cierto u otro público, no importa si hay que cambiar radicalmente el estilo, o incluso llamar AL productor para que meta mano sin importar el resultado; se compone pensando en el éxito que pueda dar un tema.
The Mars Volta es un buen ejemplo de la ressistance (al menos así… lo veo yo). No solo no intentaron abrir horizontes en lo que respecta a su audiencia con The Bedlam In Goliath, se le suma que no tienen ni un solo tema low tempo que pueda ser digerido por las orejas más fmhit (recordemos los fabulosos “Televators” o “The Widow”, por ejemplo). Parece, nada más, que siguen haciendo la música que les gusta.
Sencillamente es un disco genial. Me encontré con algunas críticas malas, que sostenían que es más de lo mismo, que aburren, que no tiene orden, etc. Por un lado, es verdad… es más de lo mismo, pero ¡qué “mismo”! Luego de su disco debut (excelente), los sucesores no estuvieron a la altura, sin dejar de ser aceptables. The Bedlam in Goliath es un retorno a lo mejor de ellos, es el sello final del perfeccionamiento de su estilo tan propio. Es como si todos estos años pasados fueron ensayando para este gran lanzamiento.
Como todos los cds de Mars Volta, tiene una idea directriz (lo digo así, para no meterme en el delicado tema de “álbum conceptual”). Al parecer Cedric Bixler and Omar Rodríguez compraron un Ouija (esos tableros que te permiten comunicarte con espíritus) que usaron diariamente durante su última gira y parte de la grabación del disco. El personaje con el que se comunicaron se hacía llamar Goliath, con el cual establecieron un vínculo de amistad y amor (¿?) Pero al parecer no todo era color de rosas: la mala suerte invadió la banda, con cirugías incluidas, el batero dejó la banda, colapsos nerviosos, fallas en el sonidos, video, inundaciones, tracks del disco que desaparecían, etc, etc. Finalmente, Rodríguez decidió enterrar el tablero y nunca revelar dónde. Todo esto dio cierto tema místico y oscuro al disco. Esa es la historia que se cuenta… ¿verdad, farsa? No importa, es solo parte del anecdotario.
Otra vez a la música en sí: el disco es fuerte, tiene unos grooves impresionantes que te dan esas ganas de bailar y no sabés cómo porque lo mejor que se te ocurre es el pasito de “dale a tu cuerpo alegría Macarena”. Es rápido y furioso durante TODA su duración, y lo mejor de todo es que no cansa, no satura. Cada tema es otro golpe nuevo de energía y originalidad, que hacen que Mars Volta esté hoy en día entre una de las mejores bandas del planeta (y el más allá). Todas sus secciones y cada una de ellas valen la pena.
Encuentro sin sentido ir tema por tema acá. No se por qué, pero se siente así.
El trabajo de Cedric es excelente como siempre, y Omar Rodríguez parece estar más inspirado que nunca, dando lecciones de cómo tocar la guitarra de “otra manera”.
La batería de Pridgen es fantástica, le da un groove muy especial a todo el disco, sin perder la fuerza que necesita la banda (sin desmerecer el trabajo de los anteriores bateros, que también fue muy bueno).
Juan Alderete en el bajo cumple su función muy bien. Por ahí queda relegado a un segundo plano de a momentos, pero si le prestamos atención, veremos que le sigue el ritmo a la banda de forma más que interesante.
Como invitado, John Frusciante es la ficha siempre presente. Aunque no estoy seguro en qué temas toca acá.
En resumen, el disco a mi gusto se lleva el 5 sobre 5. Temas destacados: todos.
Para escuchar, bailar y romper todo.
Esperemos que vuelvan a visitarnos algún día, luego de su pobre show que dieron hace unos años en el marco de un festival en Buenos Aires. No es que el show en sí haya sido malo, sino que el sonido fue lamentable. Y eso sumado al tipo de música que hace la banda, se convertía en una bola de ruido que dejaron con las ganas a mi y a todos los presentes.
The Mars Volta es un buen ejemplo de la ressistance (al menos así… lo veo yo). No solo no intentaron abrir horizontes en lo que respecta a su audiencia con The Bedlam In Goliath, se le suma que no tienen ni un solo tema low tempo que pueda ser digerido por las orejas más fmhit (recordemos los fabulosos “Televators” o “The Widow”, por ejemplo). Parece, nada más, que siguen haciendo la música que les gusta.
Sencillamente es un disco genial. Me encontré con algunas críticas malas, que sostenían que es más de lo mismo, que aburren, que no tiene orden, etc. Por un lado, es verdad… es más de lo mismo, pero ¡qué “mismo”! Luego de su disco debut (excelente), los sucesores no estuvieron a la altura, sin dejar de ser aceptables. The Bedlam in Goliath es un retorno a lo mejor de ellos, es el sello final del perfeccionamiento de su estilo tan propio. Es como si todos estos años pasados fueron ensayando para este gran lanzamiento.
Como todos los cds de Mars Volta, tiene una idea directriz (lo digo así, para no meterme en el delicado tema de “álbum conceptual”). Al parecer Cedric Bixler and Omar Rodríguez compraron un Ouija (esos tableros que te permiten comunicarte con espíritus) que usaron diariamente durante su última gira y parte de la grabación del disco. El personaje con el que se comunicaron se hacía llamar Goliath, con el cual establecieron un vínculo de amistad y amor (¿?) Pero al parecer no todo era color de rosas: la mala suerte invadió la banda, con cirugías incluidas, el batero dejó la banda, colapsos nerviosos, fallas en el sonidos, video, inundaciones, tracks del disco que desaparecían, etc, etc. Finalmente, Rodríguez decidió enterrar el tablero y nunca revelar dónde. Todo esto dio cierto tema místico y oscuro al disco. Esa es la historia que se cuenta… ¿verdad, farsa? No importa, es solo parte del anecdotario.
Otra vez a la música en sí: el disco es fuerte, tiene unos grooves impresionantes que te dan esas ganas de bailar y no sabés cómo porque lo mejor que se te ocurre es el pasito de “dale a tu cuerpo alegría Macarena”. Es rápido y furioso durante TODA su duración, y lo mejor de todo es que no cansa, no satura. Cada tema es otro golpe nuevo de energía y originalidad, que hacen que Mars Volta esté hoy en día entre una de las mejores bandas del planeta (y el más allá). Todas sus secciones y cada una de ellas valen la pena.
Encuentro sin sentido ir tema por tema acá. No se por qué, pero se siente así.
El trabajo de Cedric es excelente como siempre, y Omar Rodríguez parece estar más inspirado que nunca, dando lecciones de cómo tocar la guitarra de “otra manera”.
La batería de Pridgen es fantástica, le da un groove muy especial a todo el disco, sin perder la fuerza que necesita la banda (sin desmerecer el trabajo de los anteriores bateros, que también fue muy bueno).
Juan Alderete en el bajo cumple su función muy bien. Por ahí queda relegado a un segundo plano de a momentos, pero si le prestamos atención, veremos que le sigue el ritmo a la banda de forma más que interesante.
Como invitado, John Frusciante es la ficha siempre presente. Aunque no estoy seguro en qué temas toca acá.
En resumen, el disco a mi gusto se lleva el 5 sobre 5. Temas destacados: todos.
Para escuchar, bailar y romper todo.
Esperemos que vuelvan a visitarnos algún día, luego de su pobre show que dieron hace unos años en el marco de un festival en Buenos Aires. No es que el show en sí haya sido malo, sino que el sonido fue lamentable. Y eso sumado al tipo de música que hace la banda, se convertía en una bola de ruido que dejaron con las ganas a mi y a todos los presentes.
Escuchelón acá. (por ahí tengan registrarse, pero es fácil y se llevan 50gb de almacenamiento virtual gratis)
5 comentarios:
tarde bastante en poder bajarlo, misterios de la tecnologia(?)
lo q descubri en el primer track es que voy a tener que estar en algun mood especial para poder escuchar el disco porque, tal como lo que vienen haciendo estos muchachos, no es de facil digestion. asi que voy a hacer una buena dieta auditiva para poder darme un atracon con este disco
ah y como dijo cadorna alguna vez: todos rolingas!
Che, venía entrando todos los días y este post no me aparecía. Posta es del 12 de marzo? Mi PC está andando como el orto entonces.
Este disco lo escuché sólo una vez y no lo volví a poner, asi que mucho no puedo opinar. El primero me llevo tiempo pero ahora me encanta. En fin... son una banda difícl, y hay que brindar por ello.
Me encanta Mars Volta!!!
El batero!! El batero!!!
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